Sabes que una decisión es estratégica en póker porque se basa en análisis, no en emociones, considerando las probabilidades, las acciones de tus oponentes, tu posición en la mesa y un plan general.

Las decisiones impulsivas son reactivas, a menudo impulsadas por el "tilt" (frustración tras una mala mano) o el aburrimiento, y rara vez tienen en cuenta todos los factores necesarios para una jugada exitosa.

Características de una decisión estratégica
Basada en probabilidades: Tienes en cuenta las probabilidades del bote (la relación entre el tamaño del bote y cuánto necesitas apostar para seguir en la mano) y las probabilidades de que tu mano sea la ganadora.

Análisis de los oponentes: Consideras el estilo de juego de tus oponentes, si tienden a jugar muchas manos o solo las fuertes, y si suelen bluffear.

Posición en la mesa: Utilizas tu posición para tomar decisiones más informadas y para controlar el tamaño del bote. Por ejemplo, jugar de manera más agresiva cuando tienes iniciativa.

Plan de juego: Tienes un plan predefinido para la mano, que puede incluir la posibilidad de foldear si la situación no es favorable o de apostar agresivamente si tienes una ventaja.

Control emocional: No dejas que las emociones, como el enojo o la frustración por una mala racha, te dicten tus acciones. Tomas descansos si te sientes agitado para recuperar el control.

Características de una decisión impulsiva
Emocional: Reaccionas de forma precipitada, a menudo después de haber perdido una mano. Esto puede llevar a apuestas sin una razón clara o a jugar manos débiles por curiosidad.

Ignora las probabilidades: No consideras si es rentable seguir en la mano o si hay una probabilidad real de que te ganen.

No considera a los oponentes: No tienes en cuenta la lectura de los oponentes ni su rango de manos posible.

Falta de un plan: Actúas sin una estrategia clara, simplemente por "ver qué pasa", lo que te pone en situaciones complicadas después del flop.

La frustración tras una mala mano te lleva a perder el control de tu estrategia y a tomar decisiones irracionales y arriesgadas.